LA HISTORIA DEL MAESTRO ZEN

En esta villa lejana, a un joven le regalan un caballo. Los vecinos lo felicitan y dicen, “¿No es fabuloso? ¿No es maravilloso? ¡Que regalo tan hermoso!”

El maestro Zen dice, “Ya veremos…”

Un par de años más tarde el muchacho cae del caballo y se rompe una pierna. Los vecinos se lamentan, “¿No es terrible esto? El caballo es una maldición, es horrible”

El maestro Zen dice, “Ya veremos…”

Unos años después el país se levanta en guerra y el gobierno llama al ejército a todos los varones jóvenes, pero la pierna del muchacho quedó tan mal que no tiene que ir al ejército. Los vecinos dicen, “Estos son excelentes noticias, ¿no es genial?”

El maestro Zen dice, “Ya veremos…”

Cuando escuché esta historia, hace ya muchos años, me produjo un fuerte impacto en mi cuerpo y desde entonces la tengo presente en mi manera de vivir la vida y de como aceptar las cosas que nos pasan en el día a día.

Lo que nos dice esta historia es que en la vida pasan cosas buenas, cosas malas o peores, pero aún cuando nos sucedan cosas que pensemos que son malas, lo mejor que podemos hacer es no juzgarlas ni reprocharlas, sino que aceptarlas con tranquilidad, actuando de una manera positiva y recibirlas cómo un aprendizaje, ya que estas situaciones en realidad son parte de un gran esquema que es mucho mayor que la suma de sus partes y con el tiempo (aunqué en el momento no le veamos), nos serviran para vivencias con un mayor beneficio para nosotros. 

En definitiva, dejar que las cosas sigan su curso, no tener la necesidad de controlarlo ni entenderlo todo y vivir el día a día, el aquí y el ahora.